Ecologistas en Acción ha publicado un informe en el que advierte sobre una posible burbuja de energías renovables en España, debido al crecimiento desmesurado y desordenado de proyectos eólicos y fotovoltaicos. Según la organización, se está instalando más potencia de la necesaria, lo que provoca pérdidas energéticas (“vertidos renovables”), saturación de la red eléctrica, impactos ambientales y sociales, y una presión creciente sobre territorios despoblados.
El informe denuncia también el uso excesivo de materiales escasos y la transformación del país en un exportador de energía sin una planificación adecuada. A pesar de que las renovables han contribuido a reducir las emisiones de CO₂, Ecologistas en Acción insiste en que la transición energética debe ser justa, bien planificada y basada en la contención del consumo, no en un crecimiento ilimitado.
Crecimiento desmesurado y falta de planificación
Ecologistas en Acción ha publicado un informe en el que alerta sobre el exceso de proyectos renovables. Según la organización, la potencia instalada está experimentando un crecimiento desmesurado, con proyectos que representan una potencia instalada muy superior a la prevista en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). En concreto, un 27% más en eólica y entre un 56% y un 85% más de potencia fotovoltaica.
Este crecimiento acelerado ha llevado a una saturación de la red eléctrica, provocando pérdidas significativas de energía que podrían generar las tecnologías estudiadas: eólica, termosolar y fotovoltaica. Este fenómeno, conocido como “vertidos renovables”, ocurre cuando el sistema no es capaz de absorber toda la energía, y se tiene que limitar la potencia para garantizar la estabilidad de la red.
Además de las pérdidas energéticas, la expansión descontrolada de las renovables tiene impactos potenciales sobre la biodiversidad, el sector primario y el paisaje, especialmente en la llamada “España vaciada”. La ocupación masiva de territorio y el derroche de materiales escasos son algunas de las consecuencias de poner en marcha una potencia excesiva. Esto implica también la utilización de miles de hectáreas para las instalaciones, el tendido de líneas y subestaciones eléctricas para la evacuación de la energía, apertura de caminos, utilización de maquinaria y un largo etcétera de actividades que generan impactos y que están teniendo contestación social.
El fenómeno de los “vertidos renovables”
El efecto de instalar demasiada energía fotovoltaica es demoledor a causa del pico diario de generación durante las horas centrales del día. Si en un momento dado el sistema no es capaz de absorber toda la energía, se tiene que limitar la potencia para garantizar la estabilidad de la red. Este fenómeno, conocido como “vertidos renovables”, no es nuevo: lleva ocurriendo durante los últimos años debido a la saturación de algunos nodos de la red. Sin embargo, el fenómeno se intensificaría de forma muy importante de ponerse en marcha toda la potencia prevista.
Sí: más renovables equivalen a menos CO2. En concreto, en 2024 el sector eléctrico ha reducido sus emisiones a menos del 40% de las que tenía en el periodo 2014-2018. Pero la transición no está exenta de polémica y genera importantes tensiones en los territorios. El gran número de proyectos y su extensión territorial, a menudo concentrados en determinadas regiones, tiene impactos potenciales sobre la biodiversidad, el sector primario y el paisaje, especialmente en la llamada “España vaciada”.
La solución: moderar el consumo y planificar adecuadamente
Según Ecologistas en Acción, es necesario llevar a cabo una estrategia de descarbonización “audaz, inteligente, justa y bien planificada”, de cara a lograr la descarbonización total en 2040 y una generación eléctrica 100% renovable en 2030. Para alcanzar ese objetivo es necesario un escenario de contención de la demanda y de generación distribuida. Dicho de otra manera: es clave consumir de manera moderada, y no seguir poniendo el foco en un crecimiento infinito que, como sabemos, acaba teniendo importantes consecuencias para el planeta y todos los que lo habitamos.
La transición hacia las energías renovables es esencial para combatir la emergencia climática, pero debe realizarse de manera planificada y sostenible. El informe de Ecologistas en Acción destaca la necesidad de moderar el consumo y evitar una expansión descontrolada que pueda generar más problemas que soluciones.