El suelo rústico en España está ganando protagonismo como activo estratégico para sectores como las energías renovables, la logística, el turismo rural y los centros de datos. Esto se debe a su abundancia, menor precio y la escasez creciente de suelo urbano, lo que ha disparado su demanda.
La inversión en energías renovables es uno de los principales motores del mercado, con un crecimiento del 166% en la superficie ocupada por parques solares entre 2016 y 2023. Además, grandes empresas están impulsando la instalación de centros de datos en zonas rurales, como los casos recientes en Villamayor de Gállego (Zaragoza) por parte de Azora y Microsoft.
El precio medio de la tierra para uso agrario subió un 4% en 2023, alcanzando los 9.967 euros por hectárea, pero podría aumentar con la recalificación del suelo. En 2023 se realizaron más de 155.000 compraventas de fincas rústicas, y se espera que esta cifra crezca un 31,2% durante esta década.
La tendencia apunta a una profesionalización del sector, con la entrada de agencias inmobiliarias y un papel cada vez más relevante del suelo rústico en la economía española.
La escasez de suelo urbano y la revalorización del campo
La creciente escasez de suelo urbano en España, tanto para uso residencial como logístico, ha llevado a inversores y grandes empresas a fijarse en el suelo rústico como una alternativa estratégica. Este tipo de terreno, más abundante y con precios más accesibles, se ha convertido en un foco de interés para diversos sectores, incluyendo las energías renovables, el turismo rural y la logística.
Energías renovables: expansión sobre terreno agrícola
Según un informe de Gesvalt, la inversión en energías renovables es un factor determinante en el mercado de fincas rústicas. En 2023, la superficie ocupada por parques solares alcanzó las 50.000 hectáreas, representando el 0,2% de la superficie agraria útil del país. Esto supone un aumento del 166% respecto a las 19.000 hectáreas ocupadas en 2016. Este crecimiento se atribuye a la necesidad de diversificar las fuentes de energía y cumplir con los objetivos de sostenibilidad, así como al interés de grandes empresas y fondos de inversión que consideran estos terrenos estratégicos para el desarrollo de infraestructuras fotovoltaicas y eólicas.
Logística: descentralización y búsqueda de nuevos emplazamientos
El informe “The Logistics Property Telescope” de EY destaca la necesidad de estabilizar el negocio logístico tras un periodo de notable crecimiento en el mercado de naves y centros de almacenamiento y distribución. Se observa una tendencia hacia la descentralización del sector, ampliando los actuales ejes de actividad localizados en Madrid, Barcelona y Valencia. En este contexto, el suelo rústico puede jugar un papel importante, ofreciendo nuevas ubicaciones para infraestructuras logísticas.
Centros de datos: nuevas inversiones en zonas rurales
Determinadas comunidades autónomas, como Aragón, Cataluña y Madrid, han apostado por la implantación de nuevos centros de datos. Recientemente, Azora anunció la promoción de un centro de datos en Villamayor de Gállego (Zaragoza), con una inversión de 1.100 millones de euros y 150 megavatios asegurados, con la intención de alcanzar los 300 megavatios. En la misma localidad, Microsoft planea levantar uno de sus tres centros de datos, que ocupará una superficie de 80 hectáreas.
Precios del suelo rústico: incrementos moderados
El precio medio de la tierra para uso agrario aumentó en 379 euros por hectárea en 2023, alcanzando los 9.967 euros, lo que supone un incremento de casi el 4% respecto al año anterior. Estos precios podrían variar significativamente con el cambio de uso y la recalificación de los terrenos. Además, según Tinsa, la revalorización del suelo rústico se concentra en las fincas con acceso a agua y en los cultivos con posibilidades de transformación, como el frutal de secano y los herbáceos de regadío.
Dinamismo en el mercado de compraventa de fincas rústicas
El mercado de fincas rústicas en España se mantiene activo, con un total de 445.882 transmisiones en 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las compraventas crecieron un 4,3% en tasa interanual, con 155.876 operaciones. Castilla y León, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Aragón fueron las regiones con mayor número de compraventas, mientras que La Rioja, País Vasco y Navarra registraron las cifras más bajas.
Cocampo prevé que la compraventa de fincas aumentará un 31,2% durante esta década en comparación con la anterior, alcanzando 1,59 millones de operaciones. Se estima que entre 2025 y 2029 se realizarán 839.468 compraventas, lo que representa un 52,9% de las operaciones previstas para la década y un 25,8% más que en el periodo de 2015 a 2019.
Perspectivas futuras: sostenibilidad y profesionalización del sector
El interés por el suelo rústico se ve impulsado por la necesidad de diversificar las fuentes de energía, la descentralización del sector logístico y la implantación de centros de datos en zonas rurales. Además, el auge del turismo rural y la agricultura ecológica contribuyen a la revalorización de estos terrenos. Se espera que las agencias inmobiliarias entren en este mercado, lo que derivará en una profesionalización de las operaciones. La estabilidad de la inversión y los nuevos hábitos de vida, como el teletrabajo y la búsqueda de entornos más sostenibles, también auguran un futuro prometedor para el suelo rústico en España.