A pesar del crecimiento proyectado en la demanda energética mundial, la generación eléctrica a partir de gas natural enfrenta restricciones significativas que podrían limitar su expansión a corto plazo. Un informe de Wood Mackenzie destaca que, entre 2025 y 2040, se espera añadir aproximadamente 890 GW de nueva capacidad de generación a gas en todo el mundo. Sin embargo, factores como limitaciones en la capacidad de fabricación de turbinas, aumento de costes y la competencia de las energías renovables podrían frenar este crecimiento.
Factores Limitantes: Fabricación, Costes y Competencia de Renovables
El informe señala que la capacidad de fabricación de turbinas de gas podría alcanzar un 90% de utilización en 2025, lo que podría retrasar la construcción de nuevas centrales. Además, en regiones como Estados Unidos y Asia, los elevados costes de capital y del gas importado limitan la viabilidad económica de nuevas instalaciones. En Europa, los objetivos de descarbonización y la disminución de los costes de las energías renovables y el almacenamiento de energía desplazan al gas hacia un papel más marginal en el mix energético.
Implicaciones para España: Riesgos y Necesidades en la Transición Energética
En el caso de España, la transición hacia un sistema energético más sostenible presenta desafíos similares. La Agencia Internacional de la Energía advierte que el cierre progresivo de las centrales nucleares aumentará la dependencia de los ciclos combinados de gas, especialmente si no se acelera el despliegue de almacenamiento energético. Además, informes de ENTSO-E indican que, sin mecanismos de capacidad adecuados, España podría enfrentar hasta 6,7 horas al año en las que la generación eléctrica no cubra la demanda en 2025, superando el límite aceptable de 3 horas para la seguridad de suministro.
Perspectivas Futuras: Integración de Renovables y Almacenamiento
Para mitigar estos riesgos, es esencial avanzar en la integración de energías renovables con sistemas de almacenamiento eficientes. La inversión en tecnologías como baterías y soluciones de almacenamiento térmico permitirá aprovechar mejor la producción renovable y reducir la dependencia de fuentes fósiles. Además, el desarrollo de infraestructuras de red más robustas y la implementación de mecanismos de capacidad contribuirán a garantizar la estabilidad del sistema eléctrico en el proceso de transición energética.
Fuentes: El País, El Periódico de la Energía, La Razón