La ausencia total de ofertas en un proceso clave expone fallos en el modelo de licitación danés y plantea dudas sobre el futuro de su liderazgo en la energía eólica marina.
El reciente fracaso de la subasta de energía eólica marina en Dinamarca, considerado un golpe significativo para el sector, refleja problemas estructurales en el diseño de los procesos licitatorios y en las dinámicas económicas actuales. Dinamarca, un líder histórico en energía eólica marina, no logró atraer ofertas para tres emplazamientos de 1 GW cada uno en su última subasta, que permitía además la expansión de la capacidad por otros 3 GW. Este resultado contrasta con los objetivos del país de alcanzar 7,7 GW de capacidad para 2030 y 35 GW para 2050.
La causa principal del desinterés radica en el modelo danés que permite “ofertas negativas” sin subsidios ni estabilización de ingresos, lo que genera competencia insostenible y altos costos iniciales para los desarrolladores. La incertidumbre sobre la demanda de electricidad y el alza en los costos de construcción y tasas de interés agravan la situación.
En comparación, la reciente subasta en el Golfo de Maine, Estados Unidos, destacó por atraer inversiones significativas gracias a incentivos claros y objetivos políticos robustos. Este contraste subraya la necesidad de ajustes en el diseño de subastas danesas para evitar un estancamiento en su liderazgo en eólica marina.
Sin reformas rápidas, el país podría comprometer su papel en la transición energética y depender de importaciones fósiles, lo que debilitaría su seguridad energética.
Fuentes: Evwind, Energías Renovables, Marina Civil.
Un resultado inesperado en un referente de la eólica marina
Dinamarca, conocida como la cuna de la energía eólica marina, no logró recibir ni una sola oferta en su última subasta, que buscaba adjudicar tres emplazamientos de 1 GW cada uno. Además, el diseño permitía expandir la capacidad hasta 3 GW adicionales. Este evento, catalogado como la mayor subasta de su tipo en el país, pone en cuestión las estrategias para cumplir los ambiciosos objetivos de 7,7 GW para 2030 y 35 GW para 2050.
Diseño de subasta: el talón de Aquiles
El fracaso de la subasta se atribuye principalmente a un modelo que permite “ofertas negativas”, donde los desarrolladores no solo renuncian a subsidios, sino que además pagan por el derecho a construir. Según WindEurope, esta dinámica genera competencia insostenible, llevando a ofertas financieramente inviables y costos iniciales elevados.
Otro factor que agrava el problema es la lenta expansión de la demanda eléctrica interna, lo que incrementa la incertidumbre sobre el retorno de inversión. Este contexto es exacerbado por la inflación, el aumento de costos de materias primas y los altos tipos de interés.
Impacto en la transición energética europea
El fracaso tiene implicaciones más allá de Dinamarca, ya que la Unión Europea proyecta aumentar su capacidad eólica marina de 20 GW a 88 GW para 2030. La falta de interés en subastas clave podría ralentizar este objetivo y afectar la seguridad energética regional.
En contraste, países como Estados Unidos han logrado atraer inversiones significativas gracias a procesos licitatorios claros y modelos de incentivos más competitivos, como en el reciente caso del Golfo de Maine.
Próximos pasos y advertencias
Dinamarca tiene planeada una nueva subasta en 2025. Sin cambios en su diseño, los riesgos de repetir el fracaso actual podrían comprometer su papel como líder en energías renovables. Como alerta WindEurope, no ajustar el modelo podría limitar el potencial de exportación de energía verde, obstaculizar la producción de hidrógeno renovable y aumentar la dependencia de energía fósil importada.
Este episodio sirve como advertencia para otros países, destacando la necesidad de estrategias alineadas con las realidades económicas y los objetivos globales de transición energética.