La producción de biometano se perfila como una solución sostenible en la descarbonización del transporte y la gestión de residuos.
El biometano está emergiendo como una solución crucial en la transición hacia un sistema energético sostenible y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Este tipo de biogás se obtiene a partir de materia orgánica biodegradable, incluyendo residuos agrícolas, desechos alimentarios y estiércol de ganado. Su producción implica un proceso químico que transforma estos residuos en una fuente de energía con alta concentración de metano, comparable al gas natural, pero con la ventaja de ser renovable y, por lo tanto, contribuyendo significativamente a la reducción de emisiones de CO2.
Con el objetivo de que el 81% de la generación eléctrica en España provenga de fuentes renovables para 2030, el biometano juega un papel fundamental. Su capacidad para inyectarse en las redes de gas natural existentes facilita su distribución y uso, lo que lo convierte en una opción viable para descarbonizar el sector del transporte, que representa casi un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Se estima que España tiene el potencial para producir biometano equivalente al 45% de su demanda de gas natural, lo que subraya su importancia en el contexto energético nacional.
Proyectos innovadores, como el liderazgo de Naturgy en la producción de biometano licuado (BioGNL), demuestran el compromiso del sector hacia la sostenibilidad. Este enfoque no solo ayuda a reducir la dependencia de combustibles fósiles, sino que también promueve la economía circular al gestionar de manera sostenible los residuos y generar empleo en zonas rurales. Con el creciente interés en el biometano, su implementación puede contribuir significativamente a la descarbonización del transporte y al bienestar ambiental.