Expertos y organizaciones denuncian la falta de compromiso para abandonar los combustibles fósiles y acelerar la transición energética.
La reciente cumbre del G20 en Brasil y las discusiones en la COP29 en Bakú han expuesto la inercia de las principales economías frente a la crisis climática. A pesar de avances en temas como finanzas verdes y propuestas para reformar el sistema financiero global, críticos señalan que las promesas siguen siendo insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
El G20 evitó comprometerse explícitamente a eliminar los combustibles fósiles, contradiciendo el consenso alcanzado en la COP28. Expertos y organizaciones como WWF y 350.org lamentan la falta de planes concretos para acelerar la transición energética. Además, países en desarrollo exigen mayor financiamiento climático accesible y equitativo, destacando la deuda histórica de las naciones ricas.
Brasil, anfitrión del G20, mostró liderazgo al incluir temas clave como impuestos a los súper ricos y mayor participación de la sociedad civil. Sin embargo, acuerdos como la importación de gas desde Argentina generaron críticas por contradecir objetivos climáticos.
Con la COP30 en el horizonte, el desafío será superar las barreras políticas y corporativas que han ralentizado el progreso. Sin una transición energética justa y un compromiso firme, el costo ambiental y social del cambio climático será irreversible.
Fuentes: Pulso Diario, El Observador, Amnesty International, Energías Renovables.
La crisis climática avanza, y con ella la urgencia de tomar medidas definitivas. Sin embargo, tras la reciente cumbre del G20 en Brasil y en plena COP29 en Bakú, líderes climáticos y activistas señalan que los avances, aunque significativos en algunos aspectos, siguen siendo insuficientes para evitar un aumento catastrófico de la temperatura global. “Ninguna cantidad de dinero puede salvarnos de un mundo que se haya calentado entre 3 y 4 grados”, advirtieron voces clave, destacando la falta de acciones concretas para eliminar los combustibles fósiles.
Finanzas climáticas y el Sur Global: promesas incumplidas
En la COP29, los países en desarrollo han exigido mayor financiación climática, destacando que las naciones ricas no han cumplido con sus compromisos históricos, como el objetivo de aportar 100.000 millones de dólares anuales. Organizaciones como Amnistía Internacional han señalado la urgencia de un sistema de financiación accesible, basado en subvenciones y no en préstamos, para abordar la crisis climática en los países más vulnerables. Además, insisten en situar los derechos humanos en el centro de la acción climática para garantizar transiciones justas y equitativas.
Por su parte, la presidencia brasileña del G20 destacó la creación de un grupo de trabajo climático que busca reformar el sistema financiero internacional para hacerlo más justo. Sin embargo, expertos han calificado los resultados de “decepcionantes”, subrayando la ausencia de compromisos claros para eliminar los combustibles fósiles, fundamentales para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Combustibles fósiles: el gran tema evadido
Aunque en la COP28 se alcanzó un consenso para acelerar la transición energética, el G20 no reiteró este compromiso. Líderes como Stela Herschmann, del Observatório do Clima, y Catherine Abreu, del Centro Internacional de Política Climática, han criticado que el comunicado final del G20 omita referencias explícitas a la eliminación progresiva del carbón, petróleo y gas. En Bakú, esta omisión genera preocupación sobre la capacidad de los países desarrollados para liderar una transición que priorice energías limpias y abandone tecnologías poco probadas como la captura de carbono.
La postura de Brasil, aunque destacada por su impulso hacia reformas progresistas y mayor inclusión de la sociedad civil, también ha sido cuestionada. Activistas piden al gobierno brasileño que evite nuevos proyectos de explotación de gas y petróleo en regiones como la Amazonía, en línea con la necesidad global de reducir las emisiones.
Transición energética: desafíos y oportunidades
El desarrollo de energías renovables es una de las principales soluciones para combatir la crisis climática. En este sentido, África ha emergido como un territorio clave, con vastos recursos por aprovechar. Sin embargo, como señaló Raila Amolo Odinga, ex primer ministro de Kenia, este potencial solo puede desbloquearse con una inversión financiera adecuada y acceso a tecnología, áreas donde los países desarrollados tienen una deuda histórica. Sin una transición justa y bien financiada, las desigualdades globales podrían profundizarse aún más.
El panorama actual de las negociaciones climáticas evidencia tanto avances como graves carencias. Mientras que la COP29 busca afianzar acuerdos financieros y políticos sólidos, el escepticismo crece ante la inercia de las principales potencias económicas. La falta de un compromiso firme para eliminar los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia energías limpias amenaza con convertir los objetivos climáticos en “papel mojado”. La COP30 en Brasil será crucial para definir si el multilateralismo puede realmente liderar el cambio necesario o si continuará siendo rehén de intereses corporativos.
El tiempo se agota. Si las grandes economías no toman acciones decisivas ahora, el costo humano y ambiental del cambio climático podría ser irreversible. La pregunta sigue en el aire: ¿será suficiente el liderazgo de las próximas cumbres para evitar una catástrofe global?