En 2024, España alcanzó un 56% de generación eléctrica a partir de energías renovables, consolidándose como líder en Europa. Sin embargo, este avance ha generado retos significativos, como el aumento de los vertidos eléctricos, un fenómeno conocido como curtailment. Este ocurre cuando la Red Eléctrica ordena detener la producción renovable por desajustes entre oferta y demanda o limitaciones técnicas de la red.
Con más del 50% del mix eléctrico proveniente de fuentes limpias, España supera el límite del 5% de vertidos estipulado por la normativa europea. Aunque históricamente las restricciones técnicas han sido bajas (1,5%-1,86%), los costos de ajuste del sistema están incrementándose, encareciendo las facturas eléctricas de los consumidores finales.
Para mitigar este impacto, se destacan soluciones como el almacenamiento de energía y el arbitraje energético, que permitirían utilizar la energía sobrante en momentos más adecuados o regular la red de manera eficiente. Estas medidas serán clave para evitar vertidos innecesarios y garantizar la estabilidad del sistema eléctrico mientras se avanza hacia un modelo más sostenible.
España ha alcanzado un hito en la producción de energías renovables, cerrando 2024 con un 56% de la electricidad generada mediante tecnologías ‘verdes’, según datos preliminares de Red Eléctrica.
El fenómeno del ‘curtailment’ y sus causas
Este logro coincide con un aumento en las horas en las que la generación eléctrica no cubre la demanda, situando a España como el tercer país de Europa con más recortes de generación renovable. Este fenómeno, conocido como ‘curtailment’, ocurre cuando Red Eléctrica, en su rol de operador del sistema, ordena que las instalaciones renovables detengan su producción temporalmente. Las principales causas son económicas o relacionadas con la capacidad de la red, derivadas de un desajuste entre la oferta y la demanda, es decir, momentos en los que la producción de electricidad supera significativamente al consumo. Otra causa es la incapacidad de la red para absorber toda la energía producida en un nodo de conexión, lo que está ligado a la capacidad de acceso a la red en un punto para la generación y constituye un límite técnico para el aporte de producción renovable. En el caso de la solar fotovoltaica, esta se concentra en las horas centrales del día, cuando el sol está más alto y los paneles operan a máxima capacidad.
El fin del tope máximo de vertidos y su impacto económico
Con la integración de las renovables superando el 50% del ‘mix’ eléctrico, España se queda sin tope máximo para realizar estos vertidos. La normativa europea establece un límite del 5% para restricciones de la red eléctrica, aplicable únicamente cuando las fuentes limpias representan menos de la mitad de la cuota. A pesar de ello, el sistema peninsular español presenta uno de los porcentajes más bajos de vertidos por restricciones de red, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Las restricciones técnicas también conllevan un coste económico. En abril de este año, dicho coste superó por primera vez al del precio de la electricidad en el mercado mayorista. La evolución de los costes de los mercados de ajuste va en aumento, lo que resulta paradójico, ya que a mayor penetración de renovables y menor coste de la energía, se requieren más servicios de ajuste, encareciendo el sistema. Esta situación repercute directamente en los recibos de los consumidores finales y deja a las comercializadoras con poco margen para establecer coberturas financieras y fijar dichos costes.
Almacenamiento de energía como solución clave
Para mitigar los vertidos, el almacenamiento de energía se perfila como una solución esencial. Permite utilizar la energía sobrante en momentos más oportunos: en horas nocturnas para la fotovoltaica o cuando no hay viento para la eólica. Además, el arbitraje energético, que consiste en comprar energía en horas de producción barata y venderla cuando los precios aumentan, puede ayudar a regular la red en función de la oferta y la demanda.
El despliegue de 15 GW de almacenamiento de energía eléctrica podría eliminar los vertidos económicos en España para 2035, acelerando el progreso hacia la neutralidad climática y reduciendo los costes del sistema eléctrico.
En conclusión, aunque España ha logrado un avance significativo en la integración de energías renovables, es crucial abordar los desafíos asociados, como los vertidos y los costes de ajuste, para garantizar la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico.