La comunidad del barrio Oliver impulsa una innovadora iniciativa de autoconsumo energético, proporcionando energía solar a 56 hogares y 5 entidades sociales desde el techo de la parroquia de San Pedro Apóstol.
En Zaragoza, el barrio Oliver ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad con la puesta en marcha de una comunidad energética basada en autoconsumo colectivo. Gracias a la instalación de placas solares en la Iglesia de San Pedro Apóstol, 56 hogares y 5 entidades sociales podrán beneficiarse de energía limpia y reducir sus facturas eléctricas.
El proyecto, impulsado por la comunidad energética local y respaldado por fondos europeos, busca democratizar el acceso a la energía renovable, especialmente en zonas urbanas donde la instalación de placas solares en viviendas individuales no siempre es viable. Además de proporcionar ahorro a los vecinos, la iniciativa contribuye a la reducción de emisiones de CO₂ y promueve un modelo energético más descentralizado y sostenible.
Este sistema permitirá que la electricidad generada se distribuya entre los participantes del proyecto, fomentando el autoconsumo compartido. La instalación en un edificio emblemático como una iglesia demuestra cómo espacios comunitarios pueden convertirse en aliados clave en la transición energética.
En un esfuerzo pionero por promover la sostenibilidad y reducir los costos energéticos, el barrio Oliver de Zaragoza ha implementado una comunidad energética que aprovecha la energía solar para abastecer a sus residentes. Esta iniciativa, que ha ganado reconocimiento internacional, se centra en la instalación de paneles solares en la Iglesia de San Pedro Apóstol, proporcionando electricidad a decenas de hogares y organizaciones locales.
Un proyecto comunitario con impacto social
La comunidad energética del barrio Oliver se distingue por ser una de las primeras en Zaragoza donde los propios vecinos son los promotores activos del proyecto. La instalación fotovoltaica, ubicada en el techo de la Iglesia de San Pedro Apóstol, suministrará energía a 56 viviendas y 5 entidades sociales dentro del barrio. Este modelo de autoconsumo colectivo no solo reduce la dependencia de la red eléctrica convencional, sino que también disminuye las facturas de electricidad, mejorando la economía doméstica de los participantes.
Reconocimiento y expansión del modelo
La iniciativa ha sido reconocida internacionalmente por su enfoque innovador y comunitario. Este proyecto se suma a otros esfuerzos similares en España, como el barrio solar del Actur en Zaragoza, aunque en este último los vecinos actúan únicamente como usuarios y no como promotores. La diferencia radica en la participación activa de la comunidad del barrio Oliver en todas las etapas del proyecto, desde la planificación hasta la implementación.
Contexto nacional del autoconsumo energético
A nivel nacional, España ha experimentado un crecimiento significativo en instalaciones de autoconsumo. En 2024, se añadieron 1.182 megavatios (MW) de capacidad fotovoltaica para autoconsumo, alcanzando un total acumulado de 8.137 MW. Sin embargo, este avance aún está por debajo del objetivo de 19 gigavatios (GW) para 2030, lo que indica la necesidad de continuar promoviendo proyectos como el del barrio Oliver para alcanzar las metas energéticas establecidas.
Desafíos y perspectivas futuras
A pesar del progreso, el autoconsumo en España enfrenta desafíos, como la necesidad de una mayor inversión en infraestructura y la simplificación de trámites administrativos para facilitar la implementación de proyectos comunitarios. Iniciativas como la del barrio Oliver demuestran que la colaboración entre comunidades locales y entidades religiosas puede ser un modelo efectivo para promover la sostenibilidad energética y la participación ciudadana en la transición hacia fuentes de energía renovable.