La Fundación Renovables critica los acuerdos de la Cumbre Mundial del Clima, advirtiendo sobre la insuficiencia de los fondos y la influencia del lobby de los combustibles fósiles en las negociaciones clave.
La Fundación Renovables ha emitido un análisis crítico sobre los resultados de la COP29, celebrada en Bakú, destacando tres puntos clave: la insuficiencia de la financiación climática, la parálisis en el avance hacia el fin de los combustibles fósiles y la problemática del mercado de carbono. En cuanto a la financiación, el acuerdo final contempla un fondo de 300.000 millones anuales hasta 2035 para apoyar a los países en desarrollo frente a los efectos del cambio climático, pero la Fundación considera que esta cifra es insuficiente, especialmente frente a las necesidades de los países más vulnerables. Además, critican que los países ricos, responsables históricos de las emisiones, no han cumplido con sus compromisos previos, como el objetivo de destinar 100.000 millones anuales para la financiación climática. La Fundación también destaca la falta de avances en la mitigación de emisiones, especialmente en la eliminación de los combustibles fósiles, cuyo rol sigue siendo ignorado en los acuerdos. Por último, cuestionan el diseño del mercado de carbono, que no sigue el principio de “quien contamina paga”, permitiendo que los sectores fósiles continúen compensando sus emisiones sin realizar cambios estructurales significativos.
Fuentes: Fundación Renovables, Greenspace, Climate Home News.
A medida que la COP29 concluye en Bakú, la Fundación Renovables ha emitido un contundente análisis que deja claro que los resultados de la cumbre son, para muchos, decepcionantes. En su informe, la organización lamenta que los acuerdos alcanzados no estén a la altura de la magnitud de la crisis climática que enfrentamos. A la parálisis en la transición energética, se suman los compromisos de financiación insuficientes y la creación de un mercado de carbono que podría, irónicamente, perpetuar las emisiones de CO2 en lugar de disminuirlas. Esta cumbre ha dejado en evidencia las brechas y deficiencias que siguen dominando las negociaciones globales sobre el cambio climático.
El mercado de carbono: una herramienta potencialmente contraproducente
Uno de los temas más polémicos de la COP29 ha sido el diseño del mercado global de carbono. Aunque se esperaba que esta herramienta ayudara a los países y sectores a reducir sus emisiones de forma efectiva, la Fundación Renovables advierte que, lejos de ser una solución, el mercado puede terminar siendo un “arma de doble filo”. El acuerdo alcanzado permite que los países continúen con sus prácticas contaminantes si compensan sus emisiones comprando créditos de carbono. Esta lógica, que evoca la idea de “quien contamina paga”, se ve vaciada de contenido, ya que no obliga a las industrias más contaminantes a modificar sus modelos de producción o consumo.
El riesgo de esta estrategia es claro: las industrias fósiles, responsables de una gran parte de las emisiones de CO2, pueden seguir operando sin realizar cambios reales, haciendo que los mecanismos de compensación se conviertan en una excusa para no enfrentar la reducción de sus emisiones. Además, organizaciones como Greenpeace han señalado que los mercados de carbono podrían derivar en un “lavado verde”, una práctica que ofrece a las grandes empresas la oportunidad de mantener su impacto negativo sobre el medio ambiente bajo la fachada de una acción climática.
Financiación climática: la brecha sigue siendo enorme
La financiación destinada a los países en desarrollo también ha sido un punto crítico. El acuerdo aprobado estipula que los países desarrollados aportarán 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035 para ayudar a los países más vulnerables a adaptarse a los efectos del cambio climático. Sin embargo, la Fundación recalca que esta cifra está lejos de ser suficiente. Según estimaciones de expertos y países en desarrollo, las necesidades reales superan ampliamente esa cantidad, llegando a cifras cercanas al billón de dólares anuales.
Este déficit de financiación se agrava por los efectos de la inflación, que disminuye el valor real de los recursos destinados a la adaptación y mitigación. A lo largo de las últimas décadas, los países ricos han incumplido sistemáticamente sus promesas de apoyo financiero, lo que genera una desconfianza creciente entre los países más afectados por la crisis climática.
El freno a la descarbonización: el lobby de los combustibles fósiles
Otro punto de crítica fundamental en el análisis de la Fundación Renovables es la falta de avances en el compromiso de poner fin a los combustibles fósiles. A pesar de ser reconocidos como la principal causa del cambio climático, los combustibles fósiles no solo no fueron objeto de una mayor regulación en la COP29, sino que la influencia del lobby de la industria petrolera y gasista sigue siendo patente. Las presidencias de la COP en países estrechamente vinculados a los sectores fósiles han marcado el tono de las negociaciones, obstruyendo cualquier intento de establecer un plan de acción claro para abandonar progresivamente estas fuentes de energía.
En lugar de avanzar hacia una descarbonización efectiva, la cumbre ha optado por posponer las negociaciones sobre la actualización de los planes nacionales de descarbonización (NDCs, por sus siglas en inglés), dejando en el aire los compromisos para limitar las emisiones globales.