La adopción de vehículos eléctricos y políticas energéticas más estrictas impulsan una disminución significativa en las emisiones del sector transporte.
En 2025, la Unión Europea (UE) prevé una reducción de 20 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) atribuible al incremento en el uso de vehículos eléctricos (VE). Este cambio refleja el compromiso del bloque con la transición hacia una movilidad sostenible y la disminución de su dependencia de combustibles fósiles.
El avance de los vehículos eléctricos en Europa
Según el informe “State of European Transport 2025” de Transport & Environment (T&E), se estima que cerca de 9 millones de vehículos eléctricos circularán por las carreteras europeas para finales de este año. Este crecimiento en la adopción de VE ha contribuido a una reducción significativa en las emisiones de CO₂, equivalente a las emisiones anuales de ocho centrales eléctricas de carbón.
La disminución en las ventas de vehículos de combustibles fósiles, que alcanzaron su punto máximo hace seis años, ha sido un factor clave en esta tendencia. Además, la mejora en la eficiencia energética y el aumento en la producción de electricidad libre de carbono han potenciado la adopción de tecnologías de transporte más limpias.
Políticas energéticas y objetivos de emisiones
La UE ha implementado políticas energéticas destinadas a reducir los costos y mejorar la eficiencia. El Plan de Acción para una Energía Asequible establece medidas a corto plazo para reducir los costos de la energía, completar la Unión de la Energía y atraer inversiones, con el objetivo de estar mejor preparados para posibles crisis energéticas.
Además, la normativa CAFE (Clean Air for Europe) entrará en vigor en 2025, imponiendo límites más estrictos a las emisiones de CO₂ para los fabricantes de automóviles. Esta normativa busca reducir las emisiones contaminantes del sector del transporte y mejorar la calidad del aire en Europa.