Las cubiertas Cool Roof, o cubiertas frías, están ganando protagonismo en España como una solución eficaz para reducir el consumo energético de los edificios, especialmente en los meses cálidos. Estas cubiertas reflectantes pueden disminuir entre un 11% y un 27% el uso del aire acondicionado gracias a su capacidad para reflejar la radiación solar. Utilizadas principalmente en centros comerciales, almacenes refrigerados y edificios públicos, también ayudan a mitigar el efecto isla de calor en entornos urbanos. AIFIm recomienda su implementación en cualquier inmueble con climatización y destaca su creciente combinación con otras cubiertas funcionales —como las verdes, azules, solares o D-Tox— en proyectos certificados con LEED, BREEAM o GBCE, para maximizar los beneficios medioambientales.
Este tipo de cubierta puede disminuir entre un 11% y un 27% el uso de aire acondicionado, según AIFIm
Una solución arquitectónica clave para mejorar la eficiencia energética
Madrid, 27 de mayo de 2025.– La creciente implantación en España de edificios sostenibles y de consumo de energía casi nulo está impulsando la adopción de cubiertas Cool Roof, también conocidas como cubiertas frías. Estas soluciones constructivas permiten reducir significativamente el gasto energético al disminuir la necesidad de climatización, especialmente en los meses más calurosos del año.
A diferencia de las cubiertas tradicionales, las Cool Roof se caracterizan por su capacidad para reflejar una parte importante de la radiación solar, impidiendo así que el calor penetre en el interior de los edificios. Gracias a su alto Índice de Reflectancia Solar (SRI), proporcionado por productos impermeabilizantes blancos, estas cubiertas no solo reducen la ganancia térmica, sino que también ofrecen una gran resistencia frente a los rayos ultravioleta (UV).
Reducción comprobada en el uso de aire acondicionado
Según datos de AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, “a escala de edificio, la superficie blanca y reflectante de este tipo de cubiertas frías contribuye a reducir la ganancia solar, lo que puede traducirse en una disminución del uso de aire acondicionado de entre un 11% y un 27% durante los momentos de mayor demanda”.
Beneficios ambientales en entornos urbanos
Además del impacto positivo a nivel de eficiencia energética, las cubiertas Cool Roof también tienen efectos beneficiosos a escala urbana. En concreto, ayudan a mitigar el efecto “isla de calor” que se genera en las ciudades, al reducir la temperatura de la superficie de las cubiertas donde se instalan, lo que contribuye a la mejora de la calidad del aire y a una menor emisión de CO₂.
AIFIm señala que “los centros y parques comerciales, almacenes refrigerados y edificios públicos de nueva construcción o rehabilitados concentran actualmente el mayor volumen de cubiertas frías en nuestro país. No obstante, recomendamos su instalación en cualquier inmueble dotado de sistemas de aire acondicionado”.
Recomendaciones para su implementación y mantenimiento
Desde la Asociación también destacan que “para arquitectos y arquitectos técnicos, el uso de cubiertas reflectantes o Cool Roof es siempre aconsejable, salvo que existan condicionantes técnicos o paisajísticos que lo impidan”. Asimismo, subrayan la importancia de aplicar criterios adecuados en su diseño y mantenimiento, con el fin de mantener la superficie blanca y limpia el mayor tiempo posible, lo que garantiza un rendimiento óptimo.
Integración con otras soluciones funcionales en la edificación sostenible
La tendencia actual en edificación sostenible también pasa por la combinación de las cubiertas Cool Roof con otras soluciones funcionales ya existentes, especialmente en proyectos que buscan certificaciones como LEED, BREEAM o GBCE (anteriormente VERDE). Según AIFIm, “de este modo, se potencia el impacto ambiental positivo del edificio y se contribuye al cumplimiento de normativas locales en materia de sostenibilidad”.
En este sentido, se está integrando cada vez más este tipo de cubiertas con cubiertas verdes (para fomentar la biodiversidad), azules (para la gestión eficiente del agua), solares (que incorporan paneles fotovoltaicos) o D-Tox (que ayudan a la descontaminación del aire). “Así se logra maximizar la contribución de la cubierta al entorno y avanzar hacia una arquitectura más comprometida con el medio ambiente”, concluyen desde AIFIm.