Laura Urrutia, con solo 27 años, ha trabajado en cinco parques eólicos sudamericanos, desempeñándose como técnica de puesta en marcha de aerogeneradores para la empresa Nordex-Acciona. En cada proyecto, afronta el reto de adaptarse a un entorno nuevo.
Laura Urrutia, ingeniera mecánica de Pamplona, ha pasado los últimos dos años trabajando en la puesta en marcha de aerogeneradores en cinco parques eólicos de Chile y Brasil. Con 27 años y formando parte de la empresa Nordex-Acciona como técnica de “commissioning”, Laura vive en constante cambio, adaptándose a nuevos entornos, culturas y equipos en cada proyecto. Sus estancias en el extranjero duran tres meses, seguidas de un breve retorno a Pamplona antes de emprender el siguiente destino.
Su trabajo implica tareas rigurosas para asegurar el funcionamiento óptimo de las turbinas, lo cual incluye revisiones, ajustes y pruebas técnicas. Durante su último proyecto en Brasil, destacó la colaboración con el equipo local y aprovechó las tardes libres para actividades deportivas, como el crossfit. Aunque los constantes cambios y la separación de su círculo cercano representan un desafío, Laura valora el aprendizaje que cada experiencia le brinda.
Urrutia destaca la belleza de los paisajes chilenos y las playas de Natal, Brasil, en su recorrido profesional. Su carrera refleja el auge de la energía eólica en América Latina, donde los recursos naturales favorecen el crecimiento de esta industria, y donde jóvenes ingenieros encuentran una carrera dinámica y de impacto.
Fuente: Diario de Navarra.
Una carrera entre las alturas de América del Sur
Para Laura Urrutia, ingeniera mecánica de 27 años, el trabajo en altura es más que un desafío técnico: es una experiencia de constante adaptación. Desde que se unió a Nordex-Acciona en 2022 como técnica de puesta en marcha de aerogeneradores, su rol la ha llevado a cinco parques eólicos en Chile y Brasil, países donde los vientos y el compromiso con la sostenibilidad energética han impulsado una fuerte expansión de la energía eólica. En esta carrera, que exige desde destrezas técnicas hasta habilidades personales para afrontar cambios constantes, Urrutia no solo pone en marcha las turbinas, sino que también crea una nueva vida en cada proyecto.
“Cuando ves esos molinos en el monte, te preguntas cómo será trabajar ahí, pero nunca imaginé que llegaría a subir a uno”, comenta Urrutia, recordando el impacto de su primera subida a una góndola a 120 metros del suelo. La labor, desafiante para quienes temen a las alturas, es su especialidad, y cada nuevo destino representa una oportunidad para crecer profesionalmente.
El camino de una joven ingeniera hacia Sudamérica
Graduada en ingeniería mecánica y con un carácter que la define como adaptable y abierta al cambio, Laura encontró en el sector eólico un campo ideal para sus aspiraciones. Ingresó a Nordex-Acciona en 2022 y, en pocos meses, fue asignada a un parque eólico en el desierto de Atacama, en Chile, donde dio sus primeros pasos en una industria tan especializada como demandante. Posteriormente, fue destinada a Brasil, al estado de Rio Grande do Norte, y regresó luego a Chile y nuevamente a Brasil, esta vez a Pernambuco, en el norte del país.
Sus asignaciones son breves, con estancias de tres meses en el extranjero, tras las cuales regresa a Pamplona antes de asumir un nuevo destino. Para ella, combinar la vida profesional con el descubrimiento de lugares y culturas diferentes fue una atracción desde su niñez. “Me gustan los cambios, y soy capaz de adaptarme rápidamente a cualquier circunstancia”, explica, haciendo eco de su voluntad de vivir nuevas experiencias y desafiarse en cada destino.
El trabajo de puesta en marcha de turbinas
En cada proyecto, Urrutia se enfrenta a un conjunto de tareas altamente técnicas y estandarizadas. “La puesta en marcha de las turbinas requiere una serie de revisiones y pruebas para garantizar el funcionamiento correcto de cada componente”, detalla sobre su labor. Esto incluye no solo pruebas de rendimiento y seguridad de las turbinas, sino también revisiones exhaustivas de cada parte de los aerogeneradores para verificar que cumplen con los estándares técnicos de la industria.
En su último proyecto en el parque eólico Feijão en Brasil, trabajó con un equipo local formado por una decena de ingenieros de diversas partes de ese vasto país. Laura destaca el ambiente colaborativo: “Tienen mucha paciencia para enseñar y rara vez se enfadan. La forma de hacer bromas es muy similar a la nuestra, y muchos hablan español”. Gracias a la jornada intensiva, de 7:00 a 15:00 horas, pudo también aprovechar sus tardes libres para actividades deportivas, como el crossfit, una nueva afición.
El desafío de construir una nueva vida en cada proyecto
Para Urrutia, cada destino implica más que un cambio de ubicación: “Cada proyecto significa una vida nueva. Si eres una persona de rutinas, este trabajo no es para ti. Todo cambia: el clima, el alojamiento, las personas con las que convives”, comenta. Las constantes transiciones pueden ser exigentes, sobre todo por la separación de su círculo cercano. “Pierdes tu red de apoyo y compartes tu tiempo libre con personas a las que tú no has elegido, lo que te obliga a convivir y adaptarte”.
A pesar de estos retos, la joven ingeniera subraya que el aprendizaje personal es una de las mayores recompensas. “En cada viaje aprendes muchísimo de ti misma”, afirma. Actualmente, Urrutia se encuentra en Pamplona a la espera de un nuevo destino, aunque destaca con cariño los paisajes de Chile y la vibrante cultura de Brasil.
Dos culturas, un aprendizaje
De sus experiencias en Sudamérica, Laura guarda memorias especiales de ambos países. “De Chile destacaría sus paisajes, la gastronomía y la amabilidad de su gente”, dice, fascinada por la diversidad del terreno chileno y su riqueza cultural. En cuanto a Brasil, señala como imprescindibles las playas de Natal, con zonas como Canoa Quebrada y Macarajaú, que conoce como “el Caribe brasileño”.
Un futuro en la energía eólica
La carrera de Laura Urrutia en la energía eólica refleja el creciente papel de este sector en la transición energética de América Latina. Con proyectos eólicos en rápido desarrollo en lugares como Chile y Brasil, que están aprovechando sus condiciones naturales para impulsar esta industria, la demanda de profesionales como ella sigue creciendo.
Para quienes ven la ingeniería en energías renovables como una vocación de constante cambio y aventura, Urrutia representa un modelo a seguir. Su experiencia, que combina la técnica y el espíritu de adaptación, resalta el impacto personal y profesional que este tipo de trabajo ofrece.