La transición energética representa una de las oportunidades más significativas del siglo XXI para abordar la crisis climática y energética global. Sin embargo, uno de los desafíos menos discutidos en esta revolución es la falta de igualdad de género en el sector de energías renovables. En China, líder mundial en capacidad renovable y empleo en este sector, el desequilibrio de género persiste, especialmente en roles técnicos y de liderazgo.
Durante la reciente COP29, celebrada en Dubái, el Día del Género subrayó la importancia de incluir la perspectiva de género en la acción climática. Los países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) decidieron extender el Programa Integral de Trabajo de Lima sobre Género por un segundo decenio. Este programa, establecido en 2014, busca promover la recopilación de datos y el diseño de políticas inclusivas que equilibren las oportunidades de hombres y mujeres en la implementación del Acuerdo de París y otros compromisos climáticos globales.
El desafío en el sector de energías renovables
El sector de energías renovables, aunque innovador y en pleno crecimiento, continúa siendo una industria predominantemente masculina. Un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) reveló que en 2023 este sector empleó a 16,2 millones de personas a nivel mundial, un aumento del 18% respecto a 2022. Sin embargo, solo el 32% de esos empleos están ocupados por mujeres.
En China, líder global con aproximadamente 7,4 millones de empleos en energías renovables, la proporción de mujeres en el sector es algo mejor que el promedio global, oscilando entre el 30% y 35%. No obstante, esta cifra oculta profundas desigualdades: las mujeres están sobrerrepresentadas en roles administrativos y de recursos humanos, mientras que los puestos técnicos, de ingeniería y de investigación, que suelen ser mejor remunerados, están mayoritariamente ocupados por hombres.
Según datos recientes, el porcentaje de mujeres en la fuerza laboral de las energías renovables en China incluso ha disminuido en algunas áreas específicas, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar este problema.
Barreras estructurales y oportunidades emergentes
El desequilibrio de género en el sector energético chino refleja una combinación de barreras históricas, culturales y estructurales. Las industrias tradicionales de energía, como el petróleo y el gas, han estado dominadas por hombres durante décadas, y esta tendencia parece haberse trasladado a las energías renovables.
A pesar de estas dificultades, el sector de energías renovables ofrece una oportunidad única para cambiar la narrativa. Al ser una industria emergente, tiene el potencial de establecer nuevos estándares inclusivos desde el principio, evitando perpetuar las desigualdades del pasado. Según Anika Heckwolf, investigadora de la London School of Economics, la igualdad de género no se trata únicamente de alcanzar una representación equitativa en números, sino de identificar y eliminar las barreras que impiden el acceso de las mujeres a roles significativos dentro del sector.
Acciones concretas y el papel del sector privado
Las empresas del sector energético chino ya están comenzando a tomar medidas para abordar estas desigualdades. Una estrategia clave es la transparencia en los datos de género a través de los informes de ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Empresas como LONGi, un gigante de la energía solar, han comenzado a publicar información detallada sobre la representación femenina en sus equipos. Según datos de 2023, las mujeres representan el 10% de sus ingenieros, el 20% de los altos directivos y el 25% de los puestos relacionados con ventas, un área considerada clave para el crecimiento empresarial.
Otras iniciativas incluyen la creación de comités de mujeres, la promoción de su participación en proyectos de innovación tecnológica y el desarrollo de programas de capacitación para mujeres en áreas técnicas. Estas medidas no solo responden a la presión internacional, como los requisitos de género en proyectos financiados por organismos multilaterales, sino que también reflejan un interés creciente en mejorar la competitividad y la imagen corporativa.
El impacto de la igualdad de género en la transición energética
Promover la igualdad de género no es solo una responsabilidad social, sino también una estrategia empresarial efectiva. Según la Organización Internacional del Trabajo, las empresas con mayor diversidad de género tienen un 20% más de probabilidades de mejorar su desempeño financiero. Además, un análisis reciente mostró que las pequeñas y medianas empresas del sector de energías limpias que adoptaron estrategias inclusivas experimentaron un aumento en sus ingresos de hasta un 85%.
En el contexto global, donde la demanda de talento “verde” sigue aumentando, la falta de representación femenina no solo es un problema ético, sino también un obstáculo práctico para el progreso de la transición energética. En China, llenar las vacantes de alto nivel con talento diverso puede acelerar significativamente el avance hacia un sistema energético más sostenible.
La perspectiva internacional y el liderazgo de China
China, al ser un actor clave en la transición energética global, tiene la oportunidad de liderar el cambio hacia un sector más inclusivo. Su influencia en proyectos de energía renovable en África, Asia y América Latina ya está generando impactos positivos en la equidad de género, creando empleo para mujeres y promoviendo su empoderamiento en comunidades locales.
Por ejemplo, la inversión china en Etiopía ha mejorado el acceso al empleo para mujeres, fortaleciendo su rol en la economía local. Asimismo, el reciente Plan de Acción de Beijing para 2025-2027, presentado en el Foro de Cooperación China-África (FOCAC), reafirmó el compromiso del país de apoyar la capacitación para mujeres y jóvenes en proyectos industriales y energéticos.
La transición energética no solo debe ser una revolución tecnológica, sino también una oportunidad para establecer nuevas normas sociales. El sector de energías renovables en China, con su papel protagónico en la lucha contra el cambio climático, tiene el potencial de convertirse en un modelo global de igualdad de género.
Lograr este objetivo requerirá un esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas y organizaciones internacionales. Si China puede integrar con éxito la perspectiva de género en su sector energético, no solo avanzará hacia una transición energética más justa, sino que también sentará un precedente para otros países en la construcción de un futuro más inclusivo y sostenible.