El legado tecnológico marca el ritmo de Iberdrola, Endesa y Naturgy hacia un futuro energético más limpio
La reciente tesis de Sara Cano Rodríguez, presentada en la Universidad Pública de Navarra, analiza el papel crucial del sector eléctrico español en la transición hacia una economía baja en carbono, con un enfoque en las estrategias y trayectorias de Iberdrola, Endesa y Naturgy. Aunque el sector eléctrico es responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, Cano subraya que es también fundamental en la lucha contra el cambio climático. Este análisis histórico, que abarca de 1960 a la actualidad, destaca la influencia de las decisiones tecnológicas pasadas en los desafíos actuales de descarbonización, un fenómeno conocido como “dependencia del camino” o path dependence.
Cano identifica variaciones notables entre las estrategias de cada compañía, influenciadas por sus historias tecnológicas. Por ejemplo, Iberdrola, pionera en energía hidráulica y comprometida tempranamente con las renovables, se ha consolidado como líder en tecnologías limpias. En cambio, Endesa, que centró su actividad en generación térmica de carbón durante décadas, enfrenta mayores dificultades para reducir sus emisiones, reflejando una dependencia de su infraestructura pasada. Naturgy, inicialmente enfocada en el gas, sigue siendo la más contaminante entre las tres en cuanto a emisiones por megavatio generado, aunque ha avanzado en eficiencia y reducción de emisiones. Este contexto empresarial demuestra que la transición no es homogénea y depende de la diversificación tecnológica y de la evolución individual de cada compañía.
Una conclusión clave de la tesis es que, si bien existe un consenso global sobre la necesidad de diversificar la matriz tecnológica hacia fuentes de bajo carbono, esta diversificación no garantiza automáticamente una reducción de emisiones. Las empresas que históricamente apostaron por fuentes contaminantes enfrentan ahora barreras significativas. A su vez, el estudio revela que el marco regulatorio y los incentivos institucionales son determinantes en la capacidad de las eléctricas para adoptar tecnologías limpias y avanzar hacia los objetivos de descarbonización, aspecto que suele ser subestimado en estudios nacionales o de corto plazo.
Este trabajo, pionero en el análisis detallado del sector eléctrico español, sugiere la necesidad de una política energética que considere las particularidades de cada empresa para alcanzar los objetivos climáticos de manera eficiente. Las investigaciones futuras podrán ampliar estos hallazgos, explorando cómo las compañías pueden superar sus limitaciones tecnológicas heredadas y alinearse de manera más uniforme con los imperativos globales de sostenibilidad energética.