En 2024, el consumo energético mundial alcanzó cifras récord, superando el crecimiento de la última década. Por primera vez en 50 años, el petróleo representó menos del 30% del consumo total de energía, marcando un cambio en la matriz energética global. Las energías renovables registraron un crecimiento del 15,1%, con 585 GW adicionales de capacidad instalada, impulsados por la expansión de la energía solar y eólica.
España se ha convertido en un actor clave en esta transición, atrayendo inversiones y fomentando políticas para el desarrollo de energías limpias. Incluso grandes petroleras europeas han comenzado a reorientar sus estrategias hacia fuentes sostenibles. Con estos avances, Europa se posiciona como líder en la revolución energética, acelerando el camino hacia un futuro más sostenible.
En 2024, el consumo de energía a nivel mundial experimentó un incremento sin precedentes, superando el crecimiento acumulado de toda la década anterior. Este aumento refleja la creciente demanda energética impulsada por el desarrollo económico, el avance tecnológico y el crecimiento poblacional en diversas regiones del planeta. Además, la electrificación de sectores industriales y el auge de la movilidad eléctrica han contribuido significativamente a este repunte.
El petróleo cae por debajo del 30% del consumo total de energía
Por primera vez en medio siglo, el petróleo representó menos del 30% del consumo total de energía, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Este descenso histórico marca un punto de inflexión en el panorama energético global, donde las fuentes fósiles están cediendo terreno ante alternativas más sostenibles. La caída en el uso del petróleo también se ve impulsada por la regulación ambiental más estricta y el aumento en la inversión de tecnologías limpias. Países europeos como Alemania, Francia y España han acelerado la eliminación progresiva de combustibles fósiles, fomentando la adopción de energías renovables en sectores clave como la generación eléctrica y el transporte.
Las energías renovables registran un crecimiento sin precedentes
Las energías renovables han experimentado un auge notable en 2024. La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) informó que en el último año se sumaron 585 gigavatios (GW) de capacidad renovable a nivel mundial, marcando un crecimiento del 15,1% respecto al año anterior. Este incremento fue impulsado por la expansión de la energía solar y eólica, que han demostrado ser soluciones viables y competitivas en términos de costos. China lideró la incorporación de energía solar, mientras que Europa consolidó su liderazgo en infraestructura eólica marina.
El desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento de energía también ha jugado un papel clave en esta transición, permitiendo una integración más eficiente de la generación renovable en la red eléctrica. A medida que los costos de baterías de litio e hidrogeno verde continúan disminuyendo, se espera que la transición hacia un modelo 100% renovable sea cada vez más viable.
España se posiciona como líder en la transición energética
En este contexto de transformación, una de las mayores petroleras de Europa ha iniciado un cambio de estrategia, enfocándose en energías renovables, con España desempeñando un papel fundamental en esta transición. El país ibérico ha implementado políticas favorables y ha atraído inversiones significativas en energías limpias, consolidándose como un referente en la adopción de tecnologías sostenibles.
Empresas petroleras con sede en Europa han comenzado a redirigir sus inversiones hacia proyectos de energía eólica, solar y almacenamiento, reconociendo que el futuro de la industria energética pasa por la descarbonización. Repsol, por ejemplo, ha anunciado ambiciosos planes para ampliar su portafolio de energías limpias en España y otros mercados clave.
La transición energética en Europa refleja una tendencia global hacia fuentes más limpias y sostenibles. El descenso en la dependencia del petróleo y el auge de las energías renovables indican un cambio de paradigma en el sector energético, con países como España liderando el camino hacia un futuro más verde y sostenible. A medida que las inversiones y las políticas continúan alineándose con los objetivos climáticos globales, el continente europeo se perfila como un referente en la revolución energética del siglo XXI.