El liderazgo asiático, encabezado por China, está marcando la tendencia en la expansión de energías renovables, especialmente en energía solar, con expectativas de dominar el 60% de las nuevas instalaciones globales hasta 2030.
China, junto con otras naciones asiáticas, está desempeñando un papel fundamental en el crecimiento global de las energías renovables, consolidándose como líder en el sector. De acuerdo con el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Asia, y en particular China, representarán más del 60% de las nuevas instalaciones de energía renovable hasta 2030. El principal motor de este crecimiento es la energía solar, que se espera represente cerca del 80% de la nueva capacidad instalada en la región.
China ha triplicado su capacidad de energía renovable en la última década, destacándose como el país con mayores inversiones en infraestructuras limpias, superando incluso a Europa y Norteamérica. Este liderazgo no solo se limita al ámbito tecnológico, sino que también refleja un compromiso con los objetivos globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La estrategia de China y otros países asiáticos se alinea con la necesidad de descarbonizar sus economías, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo fuentes sostenibles como la energía eólica y solar.
El informe también subraya cómo este crecimiento será fundamental para cumplir con los acuerdos del Acuerdo de París, al frenar el calentamiento global por debajo de 1,5°C. El avance de China también ha influido en otros mercados asiáticos, como India y Japón, que están acelerando la implementación de energías renovables en sus respectivos territorios. Aunque la expansión del sector no está exenta de desafíos, como la necesidad de mejorar las infraestructuras de almacenamiento y transmisión de energía, el liderazgo asiático parece indiscutible en la transición energética global.