Riesgos medioambientales y conflictos locales amenazan la viabilidad de un megaproyecto solar en una región agrícola clave.
España, reconocida como líder en energía renovable en Europa, enfrenta una polémica en la Vega de Granada debido al megaproyecto fotovoltaico ENCE Atarfe I, II y III. Este ambicioso plan implica la instalación de paneles solares en terrenos con pendientes superiores al 15%, lo que ha suscitado preocupaciones ambientales y sociales. Asociaciones locales como la Plataforma en Defensa de la Vega de Granada advierten sobre riesgos como la erosión del suelo fértil, el aumento de escorrentías y un impacto negativo en el paisaje y la biodiversidad de la región.
La Vega de Granada, un enclave agrícola clave, podría sufrir una transformación irreversible, afectando a pequeños agricultores y su sustento. Además, el proyecto ha enfrentado críticas legales, ya que denuncias ante la Fiscalía de Medio Ambiente cuestionan modificaciones en la autorización ambiental que favorecen a la empresa desarrolladora. Las organizaciones locales exigen la paralización del proyecto hasta que se analicen a fondo sus implicaciones.
Este caso pone de relieve los desafíos de la transición energética, subrayando la necesidad de equilibrar el desarrollo de energías renovables con la protección del medio ambiente y las comunidades afectadas, mientras España continúa liderando la inversión en tecnologías limpias.
Fuentes: ECOticias, Granada Hoy, Horizonte Garnata, El Independiente de Granada.
España, líder europeo en el avance hacia la energía renovable, vive un intenso debate en la Vega de Granada, donde un megaproyecto fotovoltaico enfrenta una fuerte oposición por parte de comunidades locales y organizaciones medioambientales. Mientras la transición energética promete beneficios económicos y sostenibilidad, este proyecto ha puesto de manifiesto riesgos de erosión, impacto visual y pérdida de tierras agrícolas de alto valor estratégico.
Un proyecto ambicioso, pero controvertido
El megaproyecto fotovoltaico ENCE Atarfe I, II y III, diseñado para cubrir parte del Cinturón Metropolitano de Granada, incluye la instalación de más de 200.000 paneles solares en terrenos con más del 15% de pendiente. Esta situación ha generado críticas por el riesgo de aumentar la escorrentía hacia el Arroyo Salado, que ya ha causado inundaciones en zonas como Santa Fe y Chauchina tras fenómenos meteorológicos recientes. Además, la región afecta zonas protegidas como la ZEC La Malahá y su entorno, aumentando la preocupación por la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
La Vega de Granada: entre energía y agricultura
La Vega de Granada, conocida como una de las despensas agrícolas más valiosas de la región, enfrenta el riesgo de perder su vocación agraria. Las asociaciones locales denuncian que proyectos como este despojan a pequeños agricultores de sus terrenos, priorizando los intereses de grandes empresas energéticas. La plataforma “Somos Vega, Somos Tierra” ha subrayado que estos proyectos deben priorizar la descentralización energética y evitar la fragmentación administrativa que minimiza los controles ambientales.
Tensiones legales y resistencia local
El proyecto no está exento de controversia legal. Grupos ambientalistas y asociaciones vecinales han presentado denuncias ante la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente, solicitando la suspensión total del proyecto hasta que se aclaren sus implicaciones. También critican que la autorización ambiental eliminó restricciones clave, como evitar la construcción en terrenos con pendientes pronunciadas, lo que consideran una concesión injustificada a favor de la empresa ENCE.
¿un modelo de transición sostenible?
Este caso refleja un desafío crítico en la transición energética: equilibrar la necesidad de energías renovables con la protección del entorno natural y el respeto a las comunidades locales. Mientras España lidera en inversión y despliegue fotovoltaico, casos como el de la Vega de Granada subrayan la importancia de integrar sostenibilidad social y medioambiental en proyectos a gran escala.