La suspensión del Plan MOVES III genera una caída mensual de 500 millones de euros en facturación y la pérdida de 260 empleos, según datos de AEDIVE
La paralización del Plan MOVES III en España, destinado a incentivar la compra de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras de recarga, está provocando graves pérdidas económicas y la destrucción de empleo en el sector de la movilidad sostenible. Según la asociación AEDIVE, cada mes sin ayudas supone una caída de 500 millones de euros en facturación y la pérdida de 260 empleos directos.
El sector automotriz ha exigido al Gobierno la reactivación inmediata de las ayudas, mientras la competencia internacional —especialmente desde China— amenaza con desplazar a los fabricantes europeos. Además, se estima que la industria nacional podría perder hasta 60.000 millones de euros en inversiones privadas si no se retoman las subvenciones.
A pesar de las críticas, el Gobierno aún no ha aprobado nuevas medidas, lo que agrava la incertidumbre en un sector clave para alcanzar los objetivos climáticos de España.
La movilidad eléctrica en España atraviesa una crisis sin precedentes. La reciente paralización del Plan MOVES III ha desencadenado pérdidas económicas significativas y una alarmante destrucción de empleo en el sector. Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), cada mes sin estas ayudas se traduce en 500 millones de euros menos en facturación y la desaparición de al menos 260 puestos de trabajo.
Impacto económico y laboral de la suspensión del Plan MOVES III
El Plan MOVES III, implementado para incentivar la adquisición de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras de recarga, ha sido un pilar fundamental en la promoción de la movilidad sostenible en España. Su interrupción desde el 22 de enero ha generado una parálisis en el mercado, afectando a fabricantes, distribuidores y empresas de servicios relacionados. AEDIVE advierte que, de prolongarse esta situación, las pérdidas podrían ascender a 60.000 millones de euros en inversiones privadas necesarias para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que contempla 5,5 millones de vehículos eléctricos en circulación para 2030
Reacciones del sector automotriz y demandas al Gobierno
La industria automotriz ha manifestado su descontento ante la falta de apoyo gubernamental y la rigidez en los objetivos de emisiones de CO₂ establecidos por la Comisión Europea. Durante el V Foro Anfac, representantes del sector exigieron una reactivación inmediata y retroactiva de las ayudas, así como una flexibilización de las normativas para adaptarse a la realidad del mercado. La ausencia de incentivos no solo afecta la demanda interna, sino que también debilita la posición de España frente a competidores internacionales, especialmente en un momento en que fabricantes chinos como BYD ganan terreno en el mercado europeo con vehículos eléctricos más económicos.
Competencia internacional y desafíos adicionales
La competencia con China se ha intensificado, afectando a fabricantes de componentes europeos que enfrentan un mercado estancado y una creciente presión en precios. Empresas como Valeo y Continental han experimentado caídas significativas, y se estima que en 2024 se perdieron 54.000 empleos en Europa debido a esta situación. Además, la política arancelaria de Estados Unidos añade incertidumbre, ya que podría reconfigurar el comercio y afectar a los fabricantes europeos con operaciones en América del Norte.
Posibles soluciones y perspectivas futuras
Ante este panorama, el Gobierno español ha considerado la posibilidad de implementar un nuevo decreto que recupere las subvenciones perdidas, incluyendo ayudas directas para la compra de vehículos eléctricos, descuentos en puntos de recarga y exenciones fiscales para fomentar la movilidad sostenible. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha concretado ninguna medida, lo que mantiene la incertidumbre en el sector.