Aunque las energías renovables presentan una mayor inclusión femenina que otras industrias energéticas, las mujeres siguen estando subrepresentadas en roles técnicos y de liderazgo, lo que limita el potencial innovador del sector.
A pesar de los avances en igualdad de género, la participación femenina en el sector energético sigue siendo insuficiente, especialmente en roles técnicos y de liderazgo. Aunque las energías renovables muestran una mayor inclusión que los combustibles fósiles, las mujeres representan solo el 32% de la fuerza laboral en este ámbito, según datos de IRENA.
Los principales obstáculos incluyen la falta de acceso a redes profesionales, sesgos en contrataciones y una menor representación en carreras STEM. Además, la conciliación laboral sigue siendo un reto, afectando la progresión profesional de muchas mujeres.
El sector energético enfrenta una transformación clave con la transición a fuentes renovables, lo que representa una oportunidad para impulsar la equidad de género. Expertos sugieren que aumentar la presencia femenina en la toma de decisiones fomentaría una innovación más diversa y sostenible.
Para lograr un cambio real, se necesitan políticas activas de igualdad, incentivos para la contratación femenina y mayor visibilidad de referentes femeninos en el sector. La inclusión de las mujeres en la transición energética no solo es una cuestión de justicia, sino un elemento clave para garantizar un futuro energético más eficiente e innovador.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, afirmó: “Si se excluye a las mujeres, se está dejando de lado la mitad del talento disponible. Y ningún país ni economía pueden permitirse ese lujo”. Esta reflexión resuena especialmente en el sector energético, donde la participación femenina, aunque en aumento, sigue siendo insuficiente para afrontar los retos de la transición hacia fuentes renovables.
Un sector con una brecha de género persistente
A pesar de los avances en igualdad de género en diversas industrias, el sector energético continúa dominado por hombres. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), solo uno de cada cinco puestos en este ámbito está ocupado por mujeres. En el caso de las energías renovables, la situación mejora ligeramente, con una participación femenina del 32%, cifra superior al 22% registrado en la industria del petróleo y gas a nivel mundial. Sin embargo, en posiciones de liderazgo y en sectores emergentes como el hidrógeno y la eólica marina, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas.
En España, la disparidad es notable. Un estudio de la Fundación Naturgy indica que, en 2022, las mujeres representaban solo el 18,2% del empleo en la transición energética, mientras que en la economía general la cifra ascendía al 47%. Además, el 44% de las mujeres en el sector ocupan puestos administrativos, frente al 13,8% de los hombres. Por otro lado, los hombres dominan los roles técnicos y de alta cualificación, con un 62,3% de ocupación frente al 24,2% de las mujeres. Esto evidencia que, aunque la presencia femenina en las empresas aumenta, los puestos de alta cualificación siguen estando mayoritariamente en manos masculinas.
La diversidad como motor de innovación y rendimiento
Diversos estudios han demostrado que la diversidad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también de eficiencia empresarial. Un informe del McKinsey Global Institute señala que las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 21% más de probabilidades de superar su rendimiento financiero. Además, las organizaciones con una fuerte presencia femenina en la toma de decisiones son más innovadoras y resilientes frente a cambios del mercado.
En el sector energético, esta diversidad es especialmente relevante. La transición hacia un modelo basado en renovables requiere enfoques multidisciplinarios, creatividad y la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías y modelos de negocio. Contar con equipos diversos es fundamental para abordar los retos que implica la descarbonización de la economía.
Barreras y desafíos para la inclusión femenina
A pesar de los beneficios asociados a la diversidad, las mujeres enfrentan barreras significativas en el sector energético. Entre ellas se encuentran los estereotipos de género, la falta de referentes femeninos en roles técnicos y de liderazgo, y políticas laborales que no favorecen la conciliación. Estas barreras limitan el acceso de las mujeres a oportunidades de formación y desarrollo profesional en áreas clave para la transición energética.
Iniciativas para promover la igualdad de género
Para revertir esta situación, diversas organizaciones y empresas están implementando iniciativas que fomentan la inclusión femenina en el sector. Por ejemplo, Iberdrola México ha lanzado programas como “Impulso STEM”, que promueve el talento femenino en disciplinas científicas y tecnológicas, y “Luces de Esperanza”, que lleva electricidad a comunidades rurales, ampliando las oportunidades de crecimiento profesional para las mujeres.
Además, en Colombia, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), trabaja en la inclusión de la agenda climática en la formación técnica y la capacitación en la Amazonía, enfocándose en la inclusión étnica y de género.
La transición energética ofrece una oportunidad única para redefinir el sector bajo principios de igualdad y diversidad. Incorporar a más mujeres en roles técnicos y de liderazgo no solo es una cuestión de equidad, sino una estrategia para enriquecer el talento disponible y potenciar la innovación. Es imperativo que gobiernos, empresas y organizaciones educativas colaboren para derribar las barreras existentes y aseguren que la transición hacia un futuro sostenible sea inclusiva y equitativa.