Claudia Sheinbaum, nueva presidenta de México, asumió el cargo con un discurso centrado en la transición energética. Anunció que uno de sus principales objetivos será aumentar la participación de energías renovables al 45% para 2030. Además, adelantó un plan para facilitar el acceso a paneles solares en las regiones del norte, donde las tarifas de electricidad en verano son elevadas, lo que permitirá ahorrar a los ciudadanos y cuidar el medio ambiente.
Sheinbaum también reafirmó el fortalecimiento de las empresas públicas, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), subrayando que la producción petrolera estará orientada al consumo nacional, con un límite de 1,8 millones de barriles diarios. En línea con su visión de modernización, promoverá la venta de vehículos más eficientes y fomentará la electromovilidad.
Finalmente, la presidenta se comprometió a robustecer la capacidad de transmisión energética de la CFE y aumentar la producción de petroquímicos y fertilizantes, continuando así con el enfoque estratégico de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.