La orden ejecutiva detiene temporalmente nuevos arrendamientos y permisos, impactando a desarrolladores como Ørsted y generando incertidumbre en el sector energético.
El presidente Donald Trump ha ordenado la suspensión temporal de nuevos arrendamientos y permisos para proyectos de energía eólica marina en aguas federales de Estados Unidos. La medida, justificada por la necesidad de proteger la industria pesquera y garantizar energía asequible, ha generado preocupación en el sector de las renovables y en empresas europeas líderes en el mercado.
Ørsted, el mayor desarrollador mundial de energía eólica marina, reportó pérdidas de 1.700 millones de dólares en sus proyectos estadounidenses, citando retrasos y costos crecientes. Otras compañías como EDP Renováveis, RWE y Equinor también enfrentan impactos financieros, mientras que Vestas y Prysmian han ajustado sus planes en el país debido a la incertidumbre.
La Asociación Americana de Energía Limpia advirtió que la suspensión podría aumentar las facturas de energía para consumidores en regiones que dependen de fuentes renovables. Este movimiento se suma a las políticas confrontativas de la administración Trump, que incluyen la retirada de acuerdos internacionales y restricciones en varios sectores.
La decisión plantea dudas sobre el compromiso de Estados Unidos con las energías limpias y afecta la confianza de inversores globales, poniendo en jaque la colaboración internacional en la transición energética.
En una decisión que ha sacudido al sector energético, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que suspende temporalmente la concesión de nuevos arrendamientos y permisos para proyectos de energía eólica marina en aguas federales. Esta medida ha generado preocupación entre las empresas europeas involucradas en el desarrollo de energías renovables en territorio estadounidense.
Impacto en empresas europeas:
La decisión de la administración Trump ha tenido repercusiones inmediatas en el mercado financiero. Ørsted, el mayor desarrollador mundial de energía eólica marina, experimentó una caída significativa en el valor de sus acciones tras el anuncio. La empresa danesa reportó una depreciación de 1.700 millones de dólares en sus proyectos en Estados Unidos, atribuyendo esta pérdida a retrasos y al aumento de costos en iniciativas clave, como el parque eólico frente a las costas de Nueva York.
Otras compañías europeas también se han visto afectadas. EDP Renováveis de Portugal, RWE de Alemania y Equinor de Noruega registraron descensos en sus acciones. Además, Vestas, fabricante danés de turbinas eólicas, sufrió una disminución en su valor bursátil. La italiana Prysmian decidió abandonar sus planes de construir una planta en Estados Unidos destinada a la fabricación de cables para parques eólicos, reflejando la creciente incertidumbre en el sector.
Justificación y reacciones:
La orden ejecutiva destaca la necesidad de “garantizar que Estados Unidos pueda mantener una industria pesquera sólida para las generaciones futuras y proporcionar energía de bajo coste a sus ciudadanos”. Sin embargo, la Asociación Americana de Energía Limpia ha manifestado su oposición, advirtiendo que la suspensión podría incrementar las facturas de energía para los consumidores en estados que dependen de la energía eólica.
Contexto político y energético:
Esta acción se enmarca en una serie de políticas implementadas por el presidente Trump al inicio de su segundo mandato, las cuales buscan revivir una postura más confrontativa en diversos ámbitos. Entre estas medidas se incluyen el endurecimiento de políticas migratorias, restricciones a los derechos LGTBIQ+ y la retirada de acuerdos internacionales como el Acuerdo Climático de París. Estas decisiones han generado preocupación en la comunidad internacional, que insta a mantener la calma para evitar una escalada de tensiones.